Los científicos están demostrando que el mundo que llamamos real es una ilusión construida por nuestra mente. La física cuántica y la neurociencia están desmontando los pilares sobre los que se asentaba esa falsa realidad.
Igualmente, nuestra identidad, nuestro yo, es algo ilusorio, que se ha ido formando y modificándose a lo largo de nuestra vida en función de la educación recibida, la cultura en la que nos hemos desarrollado y de las experiencias vividas.
Si nos paramos a pensar un poco, no tenemos nada que ver con el que éramos hace diez, veinte o treinta años. Nuestro cuerpo, con el que estamos tan identificados, está en un proceso de recambio continuo: Al respirar, beber o comer incorporamos átomos y moléculas procedentes del exterior e igualmente eliminamos otros a través de nuestras secreciones. La totalidad de los componentes de nuestro cuerpo se recambian en el plazo de dos años.
El dicho “Nunca nos bañamos dos veces en el mismo río” es perfectamente válido para nuestro cuerpo y para nuestra mente: “Nunca pensamos dos veces con el mismo cerebro”.
Pero entonces … ¿Qué somos? La respuesta la encontramos en el Vedanta: “Somos pura Conciencia”. El problema es que esa conciencia está identificada con la forma que le da el yo, experimentando entonces sus limitaciones y contradicciones. Sólo si la Conciencia puede desidentificarse del yo, podrá experimentar su Realidad y la Realidad es que Todo es Uno y que lo que une las diferentes partes del Todo es una energía de Puro Amor y Puro Gozo.
Algunas personas consiguieron alcanzar este nivel de conciencia: Buda, Jesucristo, Lao Tsé, Gyaneshvara, San Juan de la Cruz etc, pero ninguno de ellos nos dejó un procedimiento con el que poder lograrlo también el resto de los seres humanos.
Afortunadamente, en el siglo XX otra persona iluminada, Shri Mataji Nirmala Devi, ideó un método al que denominó Sahaja Yoga, a través del cual es posible obtener el despertar de esta nueva Conciencia.
sábado, 7 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)