viernes, 5 de diciembre de 2008

KUNDALINI: LA ENERGÍA DE LA CONCIENCIA



INTRODUCCIÓN:

Desde hace miles de años, se conoce en la India la existencia de una energía, que reside en el hueso sacro, enrollada en tres espirales y media, y que se encuentra en estado latente o dormida.
Unas pocas personas, dedicadas a su desarrollo espiritual, consiguieron su despertar después de una vida de purificación y desapego, y algunas de estas personas, a su vez, actuaron como maestros, ayudando a otros en este proceso de crecimiento interior.
El conocimiento sobre la Kundalini se mantuvo en secreto, restringido a aquellos discípulos que los maestros consideraban suficientemente evolucionados, y en ningún momento se divulgó a nivel general.
A las personas con su Kundalini despierta las llamamos “realizadas”, por haber tenido la realización del Ser.
Hablar de Kundalini, implica explicar algunos conceptos relacionados con el cuerpo energético humano, también conocido en la India desde la antigüedad.

EL SISTEMA ENERGÉTICO:

Este sistema o cuerpo energético que penetra el cuerpo físico y del que el propio cuerpo físico sería sólo la parte visible, algo así como la punta del iceberg que aparece fuera del agua y que sólo es una pequeña parte de la totalidad, donde la porción más importante se encuentra sumergida y aparentemente invisible. El cuerpo humano es, por tanto, un organismo energético, donde fluyen energías de distinta “densidad”. Lo más significativo de este cuerpo sutil son los tres canales, que permiten el flujo de la energía y los siete centros energéticos situados a lo largo de esos canales, denominados chacras en la tradición. Toda esta estructura tiene su expresión en diferentes partes del cuerpo físico, como ahora veremos.
En la parte inferior del canal central se encuentra Kundalini, en el lugar donde, en el cuerpo físico, se encuentra el hueso sacro. Resulta curioso que el hueso en el que se localiza fuera denominado por los griegos como hueso sacro, es decir, sagrado. Habían observado que este hueso era el más resistente a la acción del fuego.

Los tres canales de energía, a los que se llama “nadis” en la tradición, se disponen a lo largo de la columna vertebral y en sánscrito reciben el nombre de:
· Ida Nadi, situado en la parte izquierda del cuerpo.
· Pingala Nadi, situado a la derecha.
· Sushumma Nadi, en la parte central.

A partir de ahora, y para simplificar, los llamaremos canal izquierdo, derecho y central respectivamente. Los canales laterales se cruzan a nivel de la frente, terminando cada uno de ellos en el hemisferio cerebral del lado opuesto, formando sendos globos de energía.
El canal izquierdo es un canal continuo, compuesto por una energía densa, denominada Tamas, que es la que alimenta nuestros deseos y emociones, y que va a formar lo que en la sicología convencional se denomina subconsciente o superego, es decir, una especie de depósito de memorias reprimidas que van a constituir programas de condicionamiento en nuestra vida.
El canal derecho es también un canal continuo y está compuesto por una energía excitante, llamada Rajas, gracias a la cual podemos ponernos en acción para realizar nuestros deseos, planificar hacia el futuro y desarrollar un pensamiento lógico. Es también la energía que nutre nuestro ego, es decir, el sentimiento de ser uno mismo, identificado con el cuerpo y los mensajes de la mente.
El canal central presenta una discontinuidad a nivel del abdomen (ver Fig. 3). Su energía se denomina Sattwa, es mucho más sutil que las anteriores, -se podría decir que es absolutamente inmaculada -, y es la que nos permite evolucionar como seres humanos.


La energía Kundalini, que es la energía de la verdad y la realidad para la conciencia, debería ascender hasta el cerebro por este canal central, que es el único que por la naturaleza pura de su energía podría transportarla sin ningún tipo de distorsión, sin embargo, debido a esta discontinuidad, no puede ascender por el canal central, a no ser que esa brecha se haya cerrado previamente. Al no ser así, el cerebro se alimenta de energías procedentes del lado izquierdo o derecho, que no permiten que lo “real” se instale en él y, en cambio, lo nutren con materiales imaginarios del pasado o del futuro. Estas dos energías “laterales” se inflan en los dos hemisferios cerebrales y conducen al organismo hacia posturas erróneas y desequilibrios. La solución es el “reequilibrado” de las energías, para lo cual es imprescindible cerrar la brecha del canal central. Más adelante explicaremos la técnica que hace que esto sea posible, a la que llamamos ejercicio de la realización, y que es una iniciación a Sahaja Yoga.
Los siete centros energéticos o chacras son puntos donde se dan interconexiones de los tres canales. La palabra chacra significa rueda y se dice que tienen un movimiento circular en el plano horizontal y en sentido horario, cada uno de ellos con una frecuencia vibratoria diferente. También se representan como “lotos” con diferente número de “pétalos” (que equivalen a cualidades), dependiendo de cuál de ellos se trate.


CORRESPONDENCIAS ANATÓMICAS:

Hoy en día sabemos que este sistema energético se corresponde a nivel físico con el Sistema Nervioso Autónomo, que es el encargado de regular la función de los diferentes órganos, así como de mantener el equilibrio de las constantes vitales (presión arterial, temperatura, etc.) Los canales laterales, izquierdo y derecho, se corresponden con las cadenas simpáticas izquierda y derecha, mientras que el canal central tiene su correspondencia con el sistema parasimpático, en el que se puede observar la discontinuidad de la que hablábamos previamente.


Los chacras tienen su base anatómica en los plexos nerviosos, formados por interconexiones procedentes tanto de las cadenas simpáticas, como del parasimpático. Los nombres de los chacras y la correspondencia entre cada uno y los plexos nerviosos es la siguiente:
1. Muladhara: plexo pélvico o plexo hipogástrico.
2. Swadhistan: plexo aórtico.
3. Nabhi: plexo mesentérico o plexo solar.
4. Anahata: plexo cardiaco.
5. Vishudhi: plexo cervical.
6. Agnya: quiasma óptico.
7. Sahasrara: área límbica.

Así pues, los chacras controlan diferentes órganos y glándulas a nivel físico, pero también regulan diferentes funciones y cualidades de nuestro psiquismo.


EL DESPERTAR DE KUNDALINI:

Cuando la energía Kundalini se despierta, llega hasta el cerebro y activa en él la capacidad de percibir la propia energía: Si fluye sin obstáculos, se sentirá una brisa fresca saliendo de las palmas de las manos y de la parte superior de la cabeza, y si hay obstrucciones en los chakras, comenzará a limpiarlos, desprendiéndose calor, que será igualmente percibido en las manos y en la cabeza. Los bloqueos de los chakras se sentirán como pinchazos, hormigueo o presión en la yema del dedo correspondiente o en otros puntos de las palmas de las manos, ya que existe una correspondencia entre los chakras y éstas, tal y como puede apreciarse en la Fig. 4. Como consecuencia de esta limpieza de los chakras, los órganos que dependen de ellos comienzan a relajarse y a recibir un mayor flujo de energía, con el consiguiente beneficio para la salud.
Se han realizado estudios científicos, que demuestran que el fluir de Kundalini disminuye la presión arterial en hipertensos, mejora la función respiratoria en pacientes asmáticos, reduce el número de crisis convulsivas en pacientes epilépticos, mejora los síntomas de niños con hiperactividad y déficit de atención, reduce los síntomas de la menopausia y produce una mejoría clínica en pacientes con estrés o depresión.
También se produce una relajación a nivel mental, disminuyendo el flujo de pensamientos que habitualmente bombardea nuestra conciencia y, si fluye con suficiente intensidad, es posible alcanzar un estado especial de conciencia al que se denomina Nirvichara Samadhi o conciencia sin pensamientos, en el que es posible percibir la realidad tal cual es, sin ningún condicionamiento o prejuicio que la distorsione. Este estado se acompaña de un sentimiento de gozo interior, que se correlaciona con una mayor producción de endorfinas, objetivada en estudios científicos.
El 5 de mayo de 1970, Shri Mataji Nirmala Devi experimentó en sí misma la apertura del chakra sahasrara, sabiendo en ese momento que la Humanidad se encontraba –a nivel colectivo- preparada para el despertar de Kundalini. Ideó un sencillo método al que llamó Sahaja Yoga, mediante el que es posible dicho despertar de una forma espontánea y natural. Ahora ya no es necesario realizar un trabajo previo de purificación interior, sino que la energía ascenderá por el Canal Central en la medida que se lo permita el estado de los chakras, aportando, en cualquier caso, una luz para la conciencia y ayudando a que cada uno se convierta en su propio maestro, ya que Kundalini irá mostrando los errores cometidos a través de las señales de las manos a las que antes hacíamos referencia.
Kundalini reacciona ante todo aquello que es verdadero o que emite energía Sattwa, subiendo por el Canal Central y en forma de vibraciones frescas en las manos y en lo alto de la cabeza. Por el contrario, cuando está ante algo falso, la sensación será de calor y pinchazos. De esta forma, alguien con su Kundalini despierta puede saber lo que es verdad y lo que no lo es, así como lo que es positivo para su evolución y aquello es negativo.